GRACIAS, AMERICA

Desde aceras abarrotadas, desde ventanas y balcones repletos de gente y adornados con banderas, desde precarios puntos de mira en árboles y farolas, 300.000 españoles lloraron, vitorearon, saludaron y lanzaron flores, confeti y notas de agradecimiento. Era el 28 de octubre de 1938, y 2.500 soldados de lo que quedaba de las Brigadas Internacionales marchaban por la Diagonal, una de las grandes avenidas de Barcelona, para despedirse oficialmente. A lo largo del bulevar había carteles con los nombres de las batallas en las que estos voluntarios habían luchado. Las brigadas sufrieron la peor parte de estos combates. Sus soldados murieron con una frecuencia casi tres veces más alta que el resto del ejército republicano.

Muchas de los Internacionales que aún se encontraban en España estaban en hospitales, pero sobrevivientes de 26 países desfilaron ese día. El grupo de 200 estadounidenses que marchaba incluía un pequeño número de enfermeras del destacamento médico. El resto eran hombres que venían por la avenida con mantas enrolladas sobre el hombro derecho, los uniformes raídos y los calzados desparejos. Caminaban en fila de nueve, a veces hundidos en flores hasta los tobillos.

Traducido por Louis Villalba del libro “España en nuestros corazones” de Adam Hochschild

Cerca de 2.800 jóvenes estadounidenses, hombres y mujeres, arriesgaron sus vidas por una España democrática. Desafiaron la prohibición del gobierno de Estados Unidos y lucharon en condiciones espantosas. La mayoría murieron en los combates, y su sangre regó los campos de España. Venían de los ámbitos sociales más diversos: profesores universitarios, maestros, escritores, médicos, enfermeras, ingenieros, blancos, negros. Su sacrificio no fue en vano.

Como español y ciudadano estadounidense, los voluntarios de la Brigada Abraham Lincoln ocupan un lugar especial en mi corazón. Su generación ya se fue. Pero algunas familias aún recordarán en sus cenas de Acción de Gracias a estos hombres y mujeres valientes.

Feliz día de Acción de Gracias a todos mis amigos,

Louis Villalba